Tengo un hijo de casi 4 años, viviendo en un país que no es el mío hace 5, he hecho buenos amigos y red de apoyo. Pero eso no evita que la soledad me pegue fuerte de vez en cuando. Si te ha pasado lo mismo, tal vez te idenfiques con los siguientes puntos

1. No es fácil encontrar amigos

Es muuuucho más fácil hacer amigos nuevos cuando estas en la universidad o el colegio sobre todo por que estamos pasando generalmente por los mismos procesos y situaciones de vida. Pero de repente crecemos, nos emparejamos, tenemos hijos y nuestras vidas comienzan a moverse en ritmos distintos.

Algunos de nosotros tenemos hijos antes que nuestros amigos y tenemos la sensación de que no entienden nuestra nueva vida.

No entienden como no es tan fácil llamar una niñera para poder ir a un almuerzo de 2 hrs. Se sienten dejados de lado cuando no podemos tomar el mismo crucero que todos los demás para celebrar su despedida de soltera o cuando no podemos ir a su cumpleaños cuando tenemos un reciben nacido que cuidar.

Antes de darnos cuenta, nuestro grupo de amigos se desvanece y cuesta mucho trabajo hacer nuevas amistades, ya que ahora buscamos las “amigas mamás” que estén pasando por lo mismo.

2. Si haces nuevos amigos, es difícil compartir tiempo de calidad con ellos

Claro! ahora tienes amigas y se juntan para que los niños jueguen, pero ¿cuanto tiempo de calidad tienes con el niño escalando sobre tu cabeza? Vicente gritando que quiere hacer caca y Marianita comiendo tierra de la maceta porque se distrajeron 2 segundos.

El momento que tanto esperabas para ver a tus amigas, se vuelve tu momento de desahogo para hablar de la suegra, de los niños, de la casa, del marido… uff.

3. cuando al fin tienes tiempo libre, no tienes tanto que ofrecer.

Hay demasiado pasando por tu cabeza al final del día, es difícil arreglarse para una “noche de chicas” porque estás más cansada que la mi*rda y la culpa de dejar a tus hijos “solitos” te empieza a carcomer.

Tienes restos de yogur en el pelo, el sofá te llama y Netflix te seduce porque sabes que necesitas esa energía para repetirlo todo al día siguiente. Si sales es solo un rato, o simplemente te gana el sueño. Ya no somos las de antes.

4. Estás RODEADA de gente que necesita algo de ti.

Seamos sinceras, muchas veces nuestro principal trabajo (que no es que lo queramos) es asegurarnos que todos estén bien, tengan lo que necesiten y que la casa no se caiga a pedazos.

Los niños y hasta el marido SIEMPRE necesitan algo, que les arregles un juguete, los limpies después de ir al baño, amarrar un zapato, encontrar una camisa para ir al trabajo, comprar los materiales para la tarea a última hora, pedir el gas, llamar al plomero….

Muchas veces haces todo esto para demostrar tu amor, pero aún así te sientes invisible. Y no hay nada más solitario que sentirse invisible

5. Conectar con tu pareja es casi imposible algunos días

Hay cuentas que pagar, horarios que hacer funcionar y entre todo eso la esperanza de tener una cita se sigue posponiendo por que siempre están exhaustos o  hay algo “más importante”

Incluso cuando al fin planeas una noche juntos de apapachos, de salir, de hablar o lo que sea, hay mucha logística para que esto suceda y cuando sucede, se ven interrumpidos o simplemente no pueden hablar de nada más que la casa, los niños, los pendientes…Malabareamos tanto que nos cuesta muchísimo enfocarnos realmente en la pareja y el momento…como cuando recién nos enamoramos.

6. La mayor de las veces, solo eres vista como MAMÁ

Aunque no lo quieras aceptar, así eres vista ahora, en el jardín de niños eres “la mamá de”. Como madres muchas veces desaparecemos entre la vida diaria, perdemos incluso nuestra personalidad y el cuidado hacia nosotras mismas, somos mamás y la gente se olvida que antes de eso, éramos mujeres.

7. Encontrar cuidadores de confianza no es seguro

No todos tenemos familia que viva cerca como para dejarles a los niños y poder salir en pareja o con amigos. Es difícil encontrar una niñera en la que puedas confiar plenamente y con la que tu hijo se sienta cómodo..Si eres padre soltero, es más difícil todavía… a veces la economía no lo permite…así que poco a poco vas dejando pasar los momentos de salir con amigos para quedarte en casa…

Sabes que eres amada, pero te sientes sola. Puedes ir a la tienda de la esquina y ver a otra mujer viviendo la misma vida que tu (mientras su hijo hace una pataleta y recuerda la marca de yogur que le gusta a su marido) y aún asi sentirte sola. Puedes tener una mejor amiga que siempre está ahi para desahogarte y aún así sentirte sola.

Si, este tipo de textos ayudan. Hay días que necesitas leer o escuchar un “si, yo también” para sentirte menos sola.

La realidad es que la maternidad es solitaria e irónicamente ….no estás sola en esto.

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Original en inglés Scary Mommy, traducido y adaptado por Maternidarks.